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Ciencia & Salud

  • Foto del escritor: Visión Espírita
    Visión Espírita
  • 5 oct
  • 9 Min. de lectura

Cuidar nuestro cerebro

Romina Romero


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¿Alguna vez te preguntaste qué podrías hacer hoy para asegurarte que el día de mañana recordarás el nombre de las personas que quieres, de tus historias, de tus aventuras, de aquellas cosas que te gusta hacer, cuando llegues a la vejez?


Según la OMS, más de 55 millones de personas en el mundo viven con demencia y se espera que estas cifras aumenten por 3 veces en 2050. Si bien es imposible controlar todos los factores determinantes, cuidar nuestro cerebro no es cuestión de suerte, es una inversión diaria, ya que existen hábitos que pueden ayudarlo a fortalecerse y a mantenerlo con “buena salud” durante más tiempo.


Ramon y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, médico, histólogo español y padre de la neurociencia moderna, fue el primero que describió y sugirió que las neuronas se “comunicaban” y eran capaces de adaptarse, planteando que:

“Lo importante no son las células, sino la conexión entre ellas”.


¿Pero podría la Doctrina Espírita también ayudarnos en nuestro proceso de envejecimiento sano? Sin duda, ya André Luiz en Mecanismos de la Mediumnidad 1 nos dice:

"El pensamiento es creador. Vive el hombre constantemente inmerso en el océano de sus propios reflejos mentales."


Y también en “Entre la Tierra y el Cielo 2

"El cuerpo es el espejo del alma. Si el alma está enferma, el cuerpo también lo estará."


El término demencia refiere al deterioro progresivo de las facultades mentales que causa trastornos de la conducta y que engloba a una serie de síntomas como son la pérdida de memoria, deterioro cognitivo y cambios de la personalidad. En el caso de adultos mayores, las principales causas de demencia son:


  1. Demencias degenerativas (neurodegenerativas). Estas son las causas más comunes:

    1. Alzhéimer (Demencia tipo Alzheimer): Es la causa más frecuente. Se caracteriza por pérdida progresiva de memoria, lenguaje y orientación. Involucra acumulación de placas beta-amiloides y ovillos de tau en el cerebro.

    2. Demencia con cuerpos de Lewy: Asociada con alucinaciones visuales, fluctuaciones cognitivas y síntomas parkinsonianos. Cuerpos de Lewy (proteína alfa-sinucleína) que se acumulan en las neuronas.

    3. Demencia frontotemporal (DFT): Afecta principalmente la conducta, el lenguaje y la personalidad. Suele aparecer antes que otras, pero puede progresar en la ancianidad.

    4. Demencia asociada a Parkinson: Puede presentarse en personas con Parkinson avanzado. Comparte características con la demencia con cuerpos de Lewy.


  2. Demencias vasculares: causadas por problemas en la circulación cerebral:

    1. Demencia vascular multiinfarto: Proviene de múltiples pequeños infartos cerebrales (ictus). Su evolución suele ser escalonada.

    2. Demencia por enfermedad de los vasos pequeños: Más sutil, afecta la sustancia blanca del cerebro. Se asocia con hipertensión y diabetes.


  1. Demencias mixtas:

    1. Demencia mixta (Alzhéimer + vascular): Muy común en ancianos. Se combinan factores neurodegenerativos y vasculares, lo que complica el diagnóstico.


“Lo importante no son las células, sino la conexión entre ellas”. Ramon y Cajal

Numerosos artículos destacan la importancia de realizar y tener ciertos hábitos saludables. Un metaanálisis 3 que incluyo 29 estudios de cohorte prospectivo con 2.068.519 participantes mostró un efecto favorable de la actividad física (AF) en la disminución del riesgo de enfermedad de Alzheimer (EA), donde se observó que en el análisis de subgrupos hubo una relación  dosis-respuesta inversa entre la AF y la EA, cuyos tamaños del efecto fueron significativos en la AF moderada (HR: 0,85; IC del 95 %: 0,80-0,93) y alta (HR: 0,56; IC del 95 %: 0,45-0,68), pero no en la AF baja (HR: 0,94; IC del 95 %: 0,77-1,15), concluyéndose que la AF reduce la incidencia de EA, pero sólo con  la AF moderada a vigorosa sugiriéndose como un factor de estilo de vida modificable para prevenir la EA.


Otros estudios reflejan que no solo una actividad física intensa tiene efectos en la mejora y prevención, sino también prácticas orientales como el Xi Kung (Qi Gong, que consiste en la combinación de movimientos suaves, respiración consciente y concentración mental) tienen impacto en el equilibrio y en las funciones cognitivas. En el artículo de Nguyen MH et al 4 se realiza un metaanálisis de 10.292 estudios donde se vio que el QI Gong tiene efectos significativos tanto en las funciones cognitivas, como en las físicas, en adultos mayores. Otras prácticas como el Tai Chi, tienen un efecto directo en la prevención, así como en mejorar la calidad de vida de personas que tienen demencia. Según Wayne et al 5, en estudios con adultos mayores con y sin deterioro cognitivo, vieron que en ambos grupos la práctica regular de Tai Chi tuvo un efecto en las funciones ejecutivas y en una menor medida, aunque con una diferencia significativa, tuvo impacto en las funciones cognitivas.


¿Pero existen otros recursos para mantener una mente clara? 

¿De qué se alimenta nuestro cerebro?

Aunque solo representa el 2% de nuestro peso corporal, el cerebro consume alrededor del 20% de la energía que producimos cada día. 

Pero, ¿de dónde obtiene ese combustible?

¿Qué necesita realmente para mantenerse activo, enfocado y saludable?


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Alimentación para la mente


Lejos de alimentarse solo de calorías, el cerebro funciona gracias a una compleja combinación de glucosa, grasas saludables, vitaminas, minerales y antioxidantes.


Cada bocado que damos influye —para bien o para mal— en nuestra memoria, concentración, estado de ánimo y, a largo plazo, en nuestra salud mental. Hay numerosos nutrientes que son esenciales para el buen funcionamiento:

  • Omega-3 (DHA y EPA): Presente en pescados grasos como salmón o sardinas. Promueve la neuroplasticidad.

  • Antioxidantes (vitamina E, C, polifenoles): Presentes en frutas del bosque, aceite de oliva, nueces.

  • Vitaminas del grupo B (B6, B12, ácido fólico): Ayudan a reducir la homocisteína, un marcador relacionado con deterioro cognitivo.

  • Magnesio y zinc: Implicados en funciones cognitivas y memoria.


Y así lo demuestra el metanálisis más grande que estudió el rol de la dieta Mediterránea y su impacto en la reducción del riesgo de sufrir deterioro cognitivo 6 confirmándose que la adherencia a esta dieta (que incluye el alto consumo de frutas, verduras, cereales integrales, pescado y aceite de oliva) es  un elemento central en las estrategias de salud pública neuroprotectoras, para mitigar el impacto global del deterioro cognitivo, la demencia y promover un envejecimiento cognitivo más saludable.


En un artículo previo, mencionamos el papel que cumple el sueño en los procesos inflamatorios 7, donde se observa que la disminución o alteraciones del ritmo del sueño afectan la producción de citoquinas proinflamatorias como la IL-6 y TNF, así como aumenta el riesgo de enfermedades como depresión, Alzheimer, enfermedades cardiovasculares, aumento en la susceptibilidad a infecciones como gripes, enfermedades respiratorias, etc. Todo esto demuestra que un mal dormir acelera el envejecimiento biológico (manifestado en el acortamiento de los telómeros), aumenta el riesgo de demencia y deterioro cognitivo por activación microglial.


Pero, así como hay ciertos hábitos que es recomendable incorporar, hay otros que es fundamental evitar.


Manoel P. de Miranda en Senderos de liberación 8 nos dice:

El estrés y los traumas prolongados desgastan los controles retentivos del bienestar y desatan las emociones que generan la desorganización celular”


En la neurociencia contemporánea, se ha confirmado que el cerebro adulto posee la capacidad de neurogénesis, especialmente en áreas como el hipocampo, una región clave para la memoria, la regulación emocional y la resiliencia al estrés. Estudios indican que el bienestar emocional y la reducción del estrés crónico promueven la formación de nuevas neuronas y mejoran la plasticidad sináptica, fortaleciendo las conexiones cerebrales que sustentan la salud mental. Por ejemplo, el estrés prolongado genera altos niveles de cortisol, una hormona que inhibe la neurogénesis y daña la estructura del hipocampo, lo que puede conducir a trastornos como la depresión y el deterioro cognitivo 9. En contraste, intervenciones que promueven la regulación emocional —como la meditación, la psicoterapia y prácticas que fomentan el autoconocimiento— reducen la activación del eje estrés-hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA) y facilitan la neurogénesis 10.


El ritmo de vida actual nos lleva a tomar decisiones y adoptar hábitos que muchas veces no sabemos que nos llevará a consecuencias a largo plazo que pueden predisponernos a patologías neurodegenerativas. 


Pero, a veces, los pequeños cambios son los que tienen más impacto en nosotros mismos. Frases y pensamientos de amorosidad y ternura podrían ser la clave de esos pequeños-grandes pasos.


Numerosos estudios confirman el efecto de cultivar la compasión, a través de prácticas como la meditación, un diálogo interno tierno, lo cual no solo modifica la estructura y función cerebral, sino que también favorece la neurogénesis en particular asociada a zonas del cerebro implicadas con la memoria, la gestión emocional y la adaptación al stress, teniendo un impacto sobre la regeneración y la neuroplasticidad. En un artículo que destaca los efectos del entrenamiento en compasión 11, se evaluó a sujetos que practicaban meditaciones centradas en la compasión y la bondad amorosa, utilizando como grupo de comparación a personas que realizaban prácticas de revaloración emocional; se evaluaron los cambios mediante RNM funcional además de las conductas altruistas.


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Como resultado, se observaron cambios en la ínsula anterior (emociones, empatía afectiva), corteza cingulada anterior (regula la  emoción y  la motivación), en la corteza prefontal medial (participa en la autorreflexión y procesamiento social), en la amígdala (implicada en al miedo y la amenaza), destacándose la reducción de su activación, favoreciendo a una respuesta más equilibrada luego de un estímulo de sufrimiento, en el estriado ventral (participa en el circuito de recompensa) permitiendo una mayor motivación por social y en la unión temporo parietal ( comprensión de la perspectiva de los otros), permitiendo una mejor capacidad cognitiva y contextualización de experiencias ajenas.

Además, prácticas como la meditación y la oración han demostrado beneficios en la neurogénesis, como se describe en el artículo de Divya Krishnakumar et al 12. Se resumen los beneficios de la meditación tanto en la neuroplasticidad como en la sinaptogénesis (conexiones neuronales), así como  neuroregulando la liberación de neurotransmisores:


  • Aumento de GABA: contribuye a la reducción de la ansiedad.

  • Más serotonina: mejora el estado de ánimo y disminuye síntomas depresivos.

  • Reducción de norepinefrina: menor respuesta al estrés.

  • Incremento de dopamina: favorece la motivación y disminuye la ansiedad social.

  • Elevación de melatonina: mejora el sueño y reduce la ansiedad.


Todo nos lleva a pensar que las recomendaciones realizadas por Joanna de Angelis o Emmanuel son la base para cuidar y mantener en “forma” nuestro cerebro:


  • Autoconocimiento constante para entender y manejar las emociones.

  • Entrenamiento mental y espiritual, mediante pensamientos elevados y controlados.

  • Práctica de la paciencia y el amor para equilibrar el estado emocional.

  • Atención a la salud del alma, pues el desequilibrio espiritual puede manifestarse en el cuerpo y en la mente.

  • Trabajo moral y transformación interior como base para una vida plena y sana.



Y como dice Emmanuel en Copa de Luz 13:


Tu cerebro es el espejo luminoso que refleja la belleza de la Vida en el mejoramiento y sublimación de tu mundo espiritual.

…Filtro divino, a través de él, sabe traducir los cantos de la naturaleza, comprendiendo la gloria del firmamento que os espera y los tesoros de la Tierra que os animan y os perfeccionan….

Al manejarlo, combinas las fuerzas y los elementos que te rodean, encendiendo el brillo del progreso….

…No utilices tal instrumento para dañar a otros y oprimir su existencia.

Deja que la bondad y la comprensión, la fe y la armonía se expresen a través de tus pensamientos….

…Medita sobre la responsabilidad de discernir y pensar…


Entendamos que, cuidando nuestro cerebro, cuidamos el órgano que nos permite poner en marcha los valores morales espíritas más altos de nuestras vidas.



Bibliografía consultada

  1. Francisco Xavier, espíritu André Luiz. Mecanismos de la Mediumnidad. FEB

  2. Francisco C Xavier, espíritu André Luiz. Entre la Tierra y el Cielo.FEB

  3. Zhang X, Li Q, Cong W, Mu S, Zhan R, Zhong S, Zhao M, Zhao C, Kang K, Zhou Z. Effect of physical activity on risk of Alzheimer's disease: A systematic review and meta-analysis of twenty-nine prospective cohort studies. Ageing Res Rev. 2023 Dec;92:102127. 

  4. Park M, Song R, Ju K, Shin JC, Seo J, Fan X, Gao X, Ryu A, Li Y. Effects of Tai Chi and Qigong on cognitive and physical functions in older adults: systematic review, meta-analysis, and meta-regression of randomized clinical trials. BMC Geriatr. 2023 Jun 6;23(1):352. 

  5. Wayne PM, Walsh JN, Taylor-Piliae RE, Wells RE, Papp KV, Donovan NJ, Yeh GY. Effect of tai chi on cognitive performance in older adults: systematic review and meta-analysis. J Am Geriatr Soc. 2014 Jan;62(1):25-39. 

  6. Fekete M, Varga P, Ungvari Z, Fekete JT, Buda A, Szappanos Á, Lehoczki A, Mózes N, Grosso G, Godos J, Menyhart O, Munkácsy G, Tarantini S, Yabluchanskiy A, Ungvari A, Győrffy B. The role of the Mediterranean diet in reducing the risk of cognitive impairement, dementia, and Alzheimer's disease: a meta-analysis. Geroscience. 2025 Jun;47(3):3111-3130. 

  7. Lacaux C, Andrillon T, Bastoul C, Idir Y, Fonteix-Galet A, Arnulf I, Oudiette D. Sleep onset is a creative sweet spot. Sci Adv. 2021 Dec 10;7(50). 

  8. Divald Pereyra Franco, espíritu Manoel P de Miranda. Senderos de liberación

  9. McEwen BS. Neurobiological and Systemic Effects of Chronic Stress. Chronic Stress (Thousand Oaks). 2017 Jan-Dec..

  10. Francesca Calabrese, Raffaella Molteni, Giorgio Racagni, Marco A. Riva, Neuronal plasticity: A link between stress and mood disorders, Psychoneuroendocrinology, Volume 34, Supplement 1, 2009, Pages S208-S216.

  11. Ho SS, Nakamura Y, Swain JE. Compassion As an Intervention to Attune to Universal Suffering of Self and Others in Conflicts: A Translational Framework. Front Psychol. 2021 Jan 11;11:603385. 

  12. Krishnakumar D, Hamblin MR, Lakshmanan S. Meditation and Yoga can Modulate Brain Mechanisms that affect Behavior and Anxiety-A Modern Scientific Perspective. Anc Sci. 2015 Apr;2(1):13-19. 

  13. Francisco C Xavier , Espiritu de Emmanuel. Copa de Luz. FEB. 1955.


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