Obras Póstumas
- Visión Espírita
- 21 jun
- 6 Min. de lectura
PIENSO, LUEGO INFLUYO
Fotografía y Telegrafía del Pensamiento
Silver Chiquero

Durante la vida de Allan Kardec (1804–1869), el mundo experimentó una revolución tecnológica y científica que influyó incluso en el desarrollo del Espiritismo, como podemos observar la tabla resumen a continuación:

Siendo esta una parte representativa del caldo de cultivo de una mente y Espíritu efervescente como el de Allan Kardec, científico racionalista, cabe pensar que aquel tsunami de inventos revolucionarios, debieron reforzar sus ideas de que los fenómenos espíritas podrían explicarse con leyes naturales, lo que le llevó a crear su más importante legado y consolador de almas, el Pentateuco. Debido a su profusa y prolífica actividad codificadora, que le llevó al agotamiento extremo y derivado de ello, a su desencarnación, se encontraron en su despacho escritos de su puño y letra que analizaban, entre otros asuntos, la “Fotografía y Telegrafía del Pensamiento”.
Recordemos que aquellos descubrimientos e inventos estaban “en pañales” comparados con los de la ciencia actual:
Que ha separado átomos* hasta encontrar en 2012 el Bosón de Higgs, lo cual revela que existe un campo invisible que da masa a las partículas, sin el cual la materia no tendría forma.
Que demostró en 2017** el Entrelazamiento Cuántico por el que las partículas están entrelazadas y se afectan instantáneamente a distancia.
Que según la teoría de la Conciencia Cuántica de Hameroff-Penrose, formulada ya en 1900 sugería que la conciencia surge de vibraciones cuánticas en los microtúbulos de las neuronas y que esta información cuántica no se destruiría con la muerte material.
Estos son apenas tres destacados ejemplos, de la situación de ciencia actual que con la expansión exponencial de su conocimiento experimental contrastado por pares*** todavía es incapaz de explicar que estemos rodeados por materia oscura, la cual representa el 85% de nuestro Universo y que aunque no es visible, ejerce una influencia gravitacional que afecta la estructura y evolución del mismo, siendo todavía un misterio para los científicos, materia de la que aún no se conoce su naturaleza exacta pero se cree que podría estar compuesta por un tipo de partícula aún no detectada.
Habiendo sentado estas bases vemos que de facto y a ojos de la ciencia actual cada vez surgen más científicos, como el Dr. Álex Gómez-Marín, físico teórico y neurocientífico, que se abren a la aceptación y comprensión alternativa de fenómenos que ocurren según unas leyes que la propia ciencia experimental es, hoy por hoy, incapaz de explicar, debido a que es una ciencia que ha virado unilateralmente hacia la explicación material de los hechos observables. Así es como en palabras del propio Álex Gómez: “Si la conciencia sobrevive, el materialismo muere”.
Por tanto, la ciencia moderna no refuta el Espiritismo, sino que ofrece hoy nuevas metáforas para entenderlo. Kardec ya intuía que los fenómenos espíritas obedecían a leyes naturales aún no descubiertas. Hoy, la física cuántica, la cosmología y la neurociencia abren las puertas a esa reconciliación.
(*) Del griego ἄτομον (átomon) ἄτομος, unión de α (a, que significa “sin”) y τόμος (tómos, “sección”) que literalmente es “que no se puede cortar, indivisible”.
(**) China logró teletransportar información cuántica a 1.200 km de distancia.
(***) Proceso de someter el trabajo académico, la investigación o las ideas de un autor al escrutinio de otros expertos en el mismo campo, con el fin de asegurar la calidad, factibilidad y rigor científico del trabajo, antes de que se publique un artículo que describe este trabajo.
¿Seremos capaces ahora de volver al despacho de nuestro estimado Allan Kardec para, con aquellos primigenios descubrimientos del despertar de la ciencia moderna, entender cómo pudo analizar y explicar la fotografía y telegrafía del pensamiento, así como sus consecuencias con tanta precisión y adelanto a nuestros tiempos?

En la revisión de este artículo se tratan los detalles de las leyes fundamentales, de los principios generales, asentados en el Espiritismo del mismo modo en que los conocimientos de hoy toman como base los sólidos cimientos del saber secular.
Replicando el símil de un pintor, que traza las líneas maestras de este rostro o aquel caserón a pintar y que poco a poco irá añadiendo progresivamente nuevas capas, cada vez con más detalles, hasta conformar y completar la obra final.
Asumiendo pues la existencia del fluido universal, del alma y de cómo ésta actúa a voluntad sobre él, definiremos el funcionamiento de la fotografía y le telegrafía del pensamiento.
Hacía la evolución
En los estadios iniciales adquirimos el conocimiento por el sentido de la vista acumulando cada vez más información, a éste le sigue la inducción o deducción más elaborada, aumentando la inteligencia por medio de la memoria, nuestro álbum personal de vivencias, ideas y conocimientos.
Los recuerdos más memorables, generalmente asociados a intensas emociones en que nos deleitamos o por los que sufrimos en mayor medida, nos resultan más fáciles de revivir que los que no consideramos tan importantes, precisamente porque no accedemos a ellos de manera recurrente.
Al recodar algún hecho como almas encarnadas, accedemos a una especie de álbum al que ningún otro encarnado puede acceder; sin embargo, los Espíritus desencarnados además de tener la capacidad de verlo, pueden favorecer o perturbar esa visión fotográfica de tal o cual recuerdo ajeno.
Del mismo modo sucede entre un Espíritu y un vidente, quien encontrándose en situación similar a la de un Espíritu libre, es capaz de ver lo mismo e incluso más, pudiéndole recordar sucesos olvidados hace mucho tiempo.
Bien, sabiendo que el sonido se desplaza a través de un fluido como es el aire, el pensamiento se desplaza igualmente, como ondas y rayos gracias a otro fluido, una sustancia sutil, muchísimo menos material. Por tanto, así como podemos escuchar el campanario cercano, de un modo similar y si estamos capacitados para ello, podemos consultar el pensamiento de otros seres.
Es más, con el pensamiento vamos creando imágenes fluídicas que se reflejan y van tomando forma en la envoltura periespiritual, así como se refleja una imagen en un espejo.

Aunque no se refleje en nuestro rostro, podemos estar pensando y planeando hasta el más mínimo detalle un deseo, una pasión, la solución a un problema, etc. sin que cualquier otro ser encarnado pueda realmente saberlo, mientras dejamos impresas las imágenes fluídicas de ello, como si de un cuadro se tratara.
Por tanto, cuando estamos encarnados, aunque podamos interpretar en la fisonomía del prójimo un vago reflejo de sus pensamientos, sin tener la certeza de los mismos, no sucede así de Espíritu a Espíritu o con un Médium, pues éstos pueden ver reflejadas tales imágenes fluídicas, pueden llegar a ver los más secretos pensamientos del otro, como en un libro abierto.
Del mismo modo en que las predicciones del tiempo atmosférico, basadas en análisis de probabilidades de que algo vaya o no vaya a suceder, podrán serán más acertadas cuanto más cerca del momento actual analicemos esos datos, así mismo sucede con las ideaciones, deseos, intenciones buenas o equivocadas que pueden cambiar, evolucionar o ni tan siquiera llegar a “materializarse” en función de las circunstancias y además ante la observación de tal pensamiento por un Espíritu o un médium, podrá intervenir la voluntad superior que permitirá o bloqueará dicha revelación.
Los pensamientos también pueden verse mientras soñamos, tanto los que son figuraciones fantásticas como imágenes de pensamientos reales e indistintamente un encarnado con mediumnidad ostensible podría ser capaz de ver las imágenes del pensamiento reflejadas en un vaso con agua magnetizada.
Igual que debió suceder con los inicios de la comunicación verbal, que ha necesitado miles de años de evolución, cuando un primer ser emitió el primer sonido con cierto sentido, hasta la compleja comunicación actual entre seres encarnados, seguiremos evolucionando el intercambio de información y mejorando la comunicación a través del pensamiento, que probablemente requerirá otros cientos o miles de años para ser aún más efectiva y directa, lo que contribuirá en una mejora en la escala social de los seres.
Si a nivel físico y como hemos visto hace años que hemos conquistado la telegrafía eléctrica, del mismo modo y a nivel moral, de encarnado a encarnado, nos queda la conquista de la telegrafía espiritual de un modo generalizado.
La experiencia demuestra que el ser humano tiene una acción directa sobre las cosas y las personas y según su fuerza y elevación, impresionar en mayor o menor medida, siendo éste un funcionamiento constante de las inteligencias humanas y de su acción recíproca, con lo que unificando pensamientos similares, apreciaremos la enorme potencia focalizada entre individuos, entre grupos, del mismo modo en que en un concierto, en un partido de fútbol, durante un misa católica, incluso con la desolación deslocalizada por la muerte de un ser mundialmente apreciado o en cualquier otro evento multitudinario, podemos llegar a tener la sensación de formar parte de un mismo pensamiento unificado, en muchos casos sintiendo la emoción a flor de piel.
...Los pensamientos también pueden verse mientras soñamos, ...
Por tanto, uniendo a nuestros pensamientos la acción de los desencarnados, nos asombraríamos de la potencia incalculable de la fuerza compuesta resultante del inmenso mecanismo del pensamiento y de los efectos que se producen entre individuos, entre grupos y en la acción universal con la que llegamos a formar innumerables redes entrelazadas y obrando armónicamente por una poderosa voluntad con el objetivo del progreso universal.
Gracias a la telegrafía del pensamiento, sobrevendrá la ley natural de la solidaridad, pues conociendo que cualquier pensamiento, sea criminal o virtuoso, actúa sobre cada uno, incluso el propio egoísmo será llevado a repensar para aumentar el nivel moral global.
Siendo así, debemos controlar lo que pensamos, en todo momento, debido a las consecuencias que se pueden derivar: Pienso, luego influyo.