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Autenticad y calidad de la Divulgación Espírita

 

Por Alvaro Vélez Pareja – Colombia



Cuando Allan Kardec recibió la Revelación Espírita a través de numerosos médiums bajo su supervisión, conteniendo las enseñanzas de los espíritus superiores sobre las realidades espirituales, las seleccionó, organizó, sistematizó y publicó como Doctrina Espírita en términos claros, precisos, específicos, lógicos y comprensibles, consignados en la denominada Codificación Espírita, ampliamente difundida, pero no muy bien conocida por el público en general y sorprendentemente no muy bien estudiada y asimilada por un amplio sector del movimiento espírita, a tal punto que muchos intentan adicionarles y mezclarle principios, enseñanzas y prácticas propias de otras creencias y doctrinas espiritualistas, creyendo equivocadamente que con eso están siendo amplios, tolerantes e incluyentes, convirtiéndose en divulgadores no garantizados del Espiritismo.


A pesar de que el codificador Allan Kardec lo expresó varias veces y procuró dejar muy bien definido y establecido lo que es el Espiritismo o Doctrina Espírita para que no se cometieran posteriores equívocos, desviaciones, mixturas y tergiversaciones, eso no fue así y hoy lamentablemente lo estamos viendo, tanto por quienes no lo conocen, como por cierto sector de los propios espíritas, así como los mal llamados “espiritistas” que por ignorancia o por oportunismo se han apropiado indebidamente del termino para confundir o explotar, proyectando una imagen tergiversada de lo que es el verdadero y auténtico Espiritismo.


Una de las causas es que muchos llaman “Espiritismo” al simple “mediumnismo”, asumiendo equivocadamente que toda creencia en la comunicabilidad de los espíritus y la sola práctica de la mediumnidad es Espiritismo, sin ninguna fundamentación y orientación doctrinaria, filosófica y ética. Grave equívoco de todos aquellos que incluyen en el Espiritismo toda una serie de prácticas religiosas, espiritualistas y esotéricas que pertenecen a otras creencias que nada tienen que ver con el Espiritismo kardeciano.  


Nunca estará de más recordar que el Espiritismo no es ni tiene que ver con adivinación, quiromancia, cartomancia, cristalomancia, naturismo, ocultismo, santería, hechicería, superstición, brujería, magia, satanismo, angelología, elfología, homeopatía, cromoterapia, astrología, acupuntura, futurología, ufologia, etc. El Espiritismo en sí tiene suficientes y bien fundamentados recursos doctrinarios, científicos, filosóficos y morales, por lo que no necesita tomar prestados enseñanzas, fundamentos y practicas exógenas y diversas, casi siempre discordantes, por muy respetables que pudieran ser para sus seguidores. 


(...) muchos llaman “Espiritismo” al simple “mediumnismo”, asumiendo equivocadamente que toda creencia en la comunicabilidad de los espíritus y la sola práctica de la mediumnidad es Espiritismo, sin ninguna fundamentación y orientación doctrinaria, filosófica y ética.

Siendo conscientes de que el Espiritismo es un saber en construcción y evolución, que debe marchar a la par de la ciencia, de la lógica, del sentido común y de los tiempos actuales, sabemos que es saludable y conveniente mantener un dialogo intelectual y cultural con los valiosos aportes de la antigua Metapsíquica, la Parapsicología, la Psicobiofísica y la actual transcomunicación instrumental, sin perder su identidad, pero teniendo en cuenta las conquistas y comprobaciones de las llamadas ciencias psíquicas de antes y de hoy, que a su vez pueden ser enriquecidas con los fundamentos espíritas.


Hoy en día, a partir del auge del internet, las páginas web y las redes sociales, podemos constatar el notable incremento de la divulgación espírita , mediante el uso de esta valiosa herramienta de difusión como nunca antes en toda la historia del Espiritismo, pero a la vez podemos observar con  pesar y preocupación la gran diversidad de publicaciones, contenidos y enseñanzas que no siempre tienen la adecuada fidelidad, concordancia, calidad y lenguaje espírita, proyectando, a veces  sin querer, una imagen distorsionada y equivocada del Espiritismo.


Muchos “divulgadores” espíritas no tienen la suficiente formación, estructuración, experiencia y capacidad para ser adecuados y garantizados transmisores de una doctrina que no conocen muy bien, que a menudo mezclan y confunden con otras creencias, o le incorporan pareceres y opiniones personales que no corresponden a los principios, fundamentos y enseñanzas de la Doctrina Espírita en sí. La actividad de este tipo de “divulgadores” puede ser más nociva y perjudicial que la opinión de los propios opositores y detractores del Espiritismo. 


Es por esto que los dirigentes, trabajadores y divulgadores del Espiritismo a nivel espírita nacional e internacional debemos velar por la autenticidad, concordancia, claridad y buena calidad de todos los contenidos audiovisuales que se coloquen diariamente en los medios digitales y virtuales, por el bien de la propia Doctrina Espírita. 💕


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