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Conociendo el Espiritismo

El Libro de los Espíritus

Preguntas y respuestas de la 84 a la 99

 

Flavia Roggerio



Si! Los Espíritus existen! En la última edición presentamos las preguntas realizadas por Allan Kardec respecto a su origen y en como Dios os ha creado como el principio inteligente, igual que los cuerpos son el principio material, también se les ha preguntado sobre su forma, como se mueven, sobre su mundo y su jerarquía. Empezaremos a entender un poco más como los Espíritus coexisten con nosotros. Toca saber cómo puede ser que no nos veamos, aunque muchas veces sintamos su presencia y ellos la nuestra. Un mundo invisible, lleno de preguntas y respuestas muy interesantes para hacer. Así  que sigamos buscando, sin cesar, con el objetivo de aprender y aprender. 


El texto colocado entre comillas a continuación de cada pregunta es la respuesta que dieron los Espíritus, debido a la complejidad de algunas respuestas, se han diferenciado con otro tipo de letra las notas y explicaciones añadidas por el autor, en los casos en que existía la posibilidad de confundirlas con el texto de las respuestas. Cuando forman capítulos enteros no hay lugar a confusión, de modo que se ha conservado el tipo de letra ordinario. 



Mundo normal primitivo 


  1. Los Espíritus, ¿constituyen un mundo aparte, fuera del que nosotros vemos? 

“Sí, el mundo de los Espíritus o de las inteligencias incorporales.”


85. ¿Cuál de los dos es el principal en el orden de las cosas: el mundo espírita o el mundo corporal? 

“El mundo espírita, que preexiste y sobrevive a todo.” 


86. El mundo corporal, ¿podría dejar de existir, o no haber existido jamás, sin alterar la esencia del mundo espírita? 

“Sí; son independientes. No obstante, su correlación es incesante, pues reaccionan sin cesar uno sobre otro.” 


87. Los Espíritus, ¿ocupan una región determinada y circunscrita en el espacio? 

“Los Espíritus están en todas partes. Los espacios infinitos se encuentran poblados por ellos hasta lo infinito. Algunos están incesantemente a vuestro lado, os observan y actúan sobre vosotros sin que lo sepáis, pues los Espíritus son uno de los poderes de la naturaleza y los instrumentos de que Dios se sirve para el cumplimiento de sus designios providenciales. Sin embargo, no todos van a todas partes, pues hay regiones vedadas a los menos adelantados.” 



Forma y ubicuidad de los Espíritus 


88. Los Espíritus, ¿tienen una forma determinada, limitada y constante? 

“Para vuestros ojos, no; para los nuestros, sí. Esa forma es, si así lo queréis, una llama, un resplandor o una chispa etérea.” 


88a. Esa llama o chispa, ¿tiene algún color? 

“Para vosotros varía entre lo oscuro y el brillo del rubí, conforme el Espíritu sea más o menos puro.” 


Por lo general se representa a los genios con una llama o una estrella en la frente. Se trata de una alegoría que recuerda la naturaleza esencial de los Espíritus. Se la coloca en lo alto de la cabeza porque allí está la sede de la inteligencia. 


89. Los Espíritus, ¿ocupan algún tiempo en atravesar el espacio? 

“Sí, pero rápido como el pensamiento.” 


89a. El pensamiento, ¿no es la propia alma que se transporta? 

“Cuando el pensamiento está en alguna parte, el alma también está allí, puesto que es el alma la que piensa. El pensamiento es un atributo.” 


90. El Espíritu que se transporta de un lugar a otro, ¿tiene conciencia de la distancia que recorre y de los espacios que atraviesa, o es súbitamente transportado al sitio adonde quiere ir? 

“Las dos cosas. El Espíritu puede muy bien, si lo desea, percatarse de la distancia que atraviesa, pero esa distancia también puede borrarse por completo. Eso depende de su voluntad, como también de su naturaleza más o menos purificada.” 


91. La materia, ¿es un obstáculo para los Espíritus? 

“No, ellos lo penetran todo: el aire, la tierra, las aguas y hasta el propio fuego pueden ser igualmente penetrados por ellos.” 


92. Los Espíritus, ¿tienen el don de la ubicuidad? En otras palabras, un mismo Espíritu, ¿puede dividirse o existir en muchos puntos a la vez? 

“No puede haber división de un mismo Espíritu. No obstante, cada uno de ellos es un centro que irradia hacia diferentes partes, y por eso parece estar en muchos lugares a la vez. El Sol, como ves, es sólo uno y, sin embargo, irradia alrededor suyo y lleva sus rayos muy lejos. A pesar de eso, no se divide.” 


92a. ¿Todos los Espíritus irradian con el mismo poder? 

“Muy lejos de ello. El poder de irradiación depende de su grado de pureza.” 


Cada Espíritu es una unidad indivisible. No obstante, puede extender su pensamiento hacia diversas partes, sin por eso dividirse. Sólo en este sentido debe entenderse el don de la ubicuidad atribuido a los Espíritus. Es como una chispa que proyecta a lo lejos su claridad y puede ser percibida desde todos los puntos del horizonte; o como un hombre que, sin cambiar de lugar ni dividirse, transmite órdenes, señales y movimientos a diferentes puntos. 



Periespíritu 


93. El Espíritu propiamente dicho, ¿Está descubierto o como algunos pretenden, está rodeado de alguna sustancia? 

“El Espíritu está envuelto en una sustancia vaporosa para ti, pero todavía muy densa para nosotros; aunque suficientemente vaporosa para elevarse en la atmósfera y transportarse a donde quiera.” 


Así como el germen de un fruto está circundado por el perisperma, del mismo modo el Espíritu propiamente dicho está rodeado de una envoltura que, por comparación, podemos denominar periespíritu. 


94. ¿De dónde saca el Espíritu su envoltura semi material? 

“Del fluido universal de cada planeta. Por eso no es la misma en todos los mundos. Al pasar de un mundo a otro el Espíritu cambia de envoltura, como vosotros cambiáis de vestimenta.” 


94a. Así, cuando los Espíritus que habitan en mundos superiores vienen al nuestro, ¿toman un periespíritu más denso? 

“Es preciso que se revistan con vuestra materia; ya lo hemos dicho.” 


95. La envoltura semi material del Espíritu, ¿presenta formas determinadas? Además, ¿puede ser perceptible? 

“Sí, presenta una forma que agrade al Espíritu, y así se os aparece a veces, ya sea en sueños o también en estado de vigilia. Asimismo, puede adoptar una forma visible e incluso palpable. 



Diferentes órdenes de Espíritus 


  1. Los Espíritus, ¿son iguales, o existe entre ellos alguna jerarquía? 

“Son de diferentes órdenes, según el grado de perfección que han alcanzado.”


97. ¿Hay un número determinado de órdenes o grados de perfección entre los Espíritus? “Su número es ilimitado, porque no hay entre estos órdenes una línea de demarcación trazada como una barrera; de modo que se pueden multiplicar o restringir las divisiones a voluntad. No obstante, si se consideran los caracteres generales, podemos reducirlos a tres órdenes principales. En la primera categoría podemos colocar a los que llegaron a la perfección: los Espíritus puros. Los del segundo orden han llegado a la mitad de la escala: el deseo del bien es su preocupación. Los del último grado aún están al comienzo de la escala: los Espíritus imperfectos. Se caracterizan por su ignorancia, el deseo del mal y todas las pasiones malas que retardan su adelanto.” 


98. Los Espíritus del segundo orden, ¿tienen sólo el deseo del bien, o también el poder para hacerlo? 

“Tienen ese poder según su grado de perfección. Algunos tienen la ciencia, otros la sabiduría y la bondad, pero todos habrán de sufrir pruebas aún.” 


99. Los Espíritus del tercer orden, ¿son todos esencialmente malos? 

“No, algunos no hacen ni el bien ni el mal. Otros, por el contrario, se complacen en el mal y están satisfechos cuando encuentran la ocasión de hacerlo. Por otra parte, también están los Espíritus frívolos o duendes, más revoltosos que malignos, que se complacen antes con la malicia que con la maldad, y que encuentran placer en engañar y causar pequeñas contrariedades, de las que se ríen.” 



Estas respuestas ciertamente nos transportan a momentos vividos. Seguramente, cada uno de nosotros ha tenido alguna experiencia espiritual. Con un ente querido, que ya no está... fue una sensación, un olor, un ruido. A los seres humanos, nos da miedo aquello que no entendemos, pero todos tenemos la ilusión del último abrazo o de una última palabra.  Está en los corazones de los encarnados, el deseo de tener un momento más con aquellos queridos que ya no están. ¿No están?


Ahora son invisibles, deben obedecer a una jerarquía, pero muchos tienen permiso para estar cerca, como si en un sueño estuviéramos. 


En la próxima revista explicaremos las diferentes órdenes de Espíritus y su clasificación en la escala espírita, con base en su progreso.


De momento, lo que podemos decir, es que, aquí y ahora, como espíritus encarnados, estamos trabajando nuestras imperfecciones. Cada minuto cuenta para nuestro avance moral. Cada día de nuestras vidas, en esta existencia, puede ser considerado como un granito de arena en nuestro infinito aprendizaje. Íntimamente todos sabemos lo que es correcto, ¿pero estamos utilizando nuestros conocimientos a nuestro favor? ¿Estamos dispuestos a ser mejores personas ahora para adelantar el merecimiento de nuestro espíritu mañana?

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